Pasión por Cádiz

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Cádiz, Andalucía, Spain
AB ORIGINE SEMPER FIDELIS. IN PERPETUAM, SEMPER ET UBIQUEM GADES. QUI POTERS CAPERE, CAPIAT.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Mis articulistas preferidos: Miguel García

El paseo de Santa Bárbara.


Me pide mi amigo Antonio Sánchez que escriba algo para su blog y se me ha ocurrido hacerlo sobre el ahora llamado Paseo de Santa Bárbara, en donde recientemente se ha inaugurado un aparcamiento subterráneo capaz para 900 plazas.
Ese lugar ha sido “toda la vida” un terreno del Rey, del Ramo de Guerra, de Defensa o “militar” como quiera llamársele o como se le ha llamado a lo largo de la historia. Cuando se construyeron las murallas que rodearon Cádiz, en ese lugar se hizo un baluarte que se llamó de la Soledad. Es la zona más saliente de la muralla, mientras que el lienzo de ésta que iba hacia el Cuartel de la Bomba, más estrecho,  fue llamado Balanzat.
Tanto la Batería de la Soledad como la de Balanzat, a lo largo de la historia han sido artilladas o en ellas se han emplazado  diversos tipos de cañones que, por no ser éste el marco adecuado para ello, no voy a citar. Con estos cañones han tenido un importante papel en la defensa del Canal Sur de entrada al puerto de nuestra ciudad y en la de la Base Naval Principal de Cádiz en tiempos tan difíciles para la ciudad como la Guerra Hispanoamericana de 1898, la Guerra Civil o la Segunda Guerra Mundial.

Las edificaciones construidas en este terreno han sido varias y de diversos tipos. Las de mayor entidad se hicieron a lo largo de los años de la Segunda Guerra Mundial y son las que sobrevivieron hasta el 9 de Marzo de 1972, fecha en que las citadas baterías, o mejor dicho los terrenos que ellas ocupaban, fueron entregados al Ayuntamiento de Cádiz entonces presidido por el Alcalde Jerónimo Almagro Montes de Oca.
Una vez pasados dichos terrenos al Ayuntamiento y por acuerdo de la Comisión Municipal Permanente de 28 de abril de ese mismo año, se acordó cambiarle el nombre de Soledad por el de Paseo de Santa Bárbara, en honor a la Excelsa Patrona del Arma de Artillería.

Hasta la construcción del Parking el último vestigio de las construcciones militares de la zona era el antiguo Puesto de Mando de la Batería de Balanzat, que estaba construido sobre el muro que separaba la Batería del Parque Genovés. Desconozco si dicho muro con motivo de las obras ha sido eliminado o alterado.
Podríamos relatar hechos, anécdotas o múltiples vivencias ocurridas en dichas Baterías, tanto de guerra como de paz, pero por razón de espacio voy a contar solo una. En una de las habitaciones que había en la Batería de la Soledad pernoctaba por gentileza del Coronel Jefe del Regimiento de Artillería nº 4, unidad militar a la que en los últimos años perteneció orgánicamente las Baterías, el célebre personaje gaditano “Carlos El Legionario”, quien además de cama disfrutaba diariamente y totalmente gratis del rancho de la Tropa del Regimiento.

A mi personalmente, ese lugar me trae imborrables recuerdos de mi niñez, cuando iba a pescar mojarritas a la zona de la Batería de Soledad donde estaba la Escuela de Telemetría, lugar de la muralla en el que todas las tardes se echaba el sobrante del rancho para regocijo de las lisas, mojarras,chapetones y demás fauna marina de la zona. Y que decir del corral de pollos y gallinas que existía en la Batería. Una vez participé en la caza furtiva de un pollo que entre los Cabos 1º de la Batería y yo guisamos y nos comimos a escondidas del Capitán en todo lo alto del Puesto de Mando, lugar relativamente seguro de miradas indiscretas. Recuerdo que el postre fue una hermosa sandía que compramos en el Mentidero. Cosas.......

Miguel García Díaz. Cádiz 24 de Marzo de 2011.

martes, 29 de marzo de 2011

"Hauser y Menet" en Cádiz

Fue una de las principales imprentas españolas. Fundada a finales del siglo XIX, fue famosa por su impresión en fototipia muy empleado en la elaboración de postales a finales del siglo XIX y principios de XX, ya que era el mejor sistema de fotografías de la época.

Llegó a inmortalizar todos los rincones de España, y en cada localidad hacía cientos de fotografias diferentes, gracias a ello, hoy tenemos constancia plástica de nuestro país en aquellas fechas.

Como no podía ser de otra forma, Cádiz también fué ampliamente fotografiada, a través de este vídeo queda constancia de una pequeña parte del trabajo de "Hauser y Menet" en nuestra ciudad, valga la anécdota que, cuando se realizaba alguna fotografía, siempre procuraban que fuese animada (con personas en ella), si en algunas de ellas no había personal, eran los propios trabajadores de la empresa los que posaban, de ahí que haya algunas imágenes (con poca gente) en los que nos da la impresión de que son las mismas personas las que están en una foto y otra, si tienes paciencia,  podrás comprobarlo en este vídeo viendo unas y otras.

La empresa cerró por acumulación de deudas en 1979, después de 90 años de vida, y por entonces imprimia revistas como "Hola" e "Interviú".





sábado, 26 de marzo de 2011

Mis articulistas preferidos: Manolo Llamas


La Alameda de Apodaca

 
Actualmente se denomina así a la zona de jardines comprendida entre las calles Fermín Salvochea y Ustáriz. Se inicia junto a las Murallas de San Carlos y termina frente a la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en el Baluarte de la Candelaria.
Antiguamente se conocían estos terrenos  por Caletilla de Rota, formando parte del Campo de la Jara; antes de existir la muralla, aunque a bastante nivel del mar, podía bajarse por las escabrosidades de la roca hasta la pequeña caleta donde en su tiempo estuvieron ubicados los Baños del Carmen.
La antigua Caletilla de Rota se transformó en 1617 en una primera alameda más amplia que la actual.
Entre 1750 y 1754 se construyó un Paseo formado por tres calles, divididas por hileras de árboles. Fue construido por solicitud del gobernador Excmo. Sr. D. Juan de Villalba, teniente general de los reales ejércitos, con el producto de varias corridas de toros organizadas para tal menester. A su final estuvo colocada una estatua y una fuente de Hércules, que en tiempos estuvo en la antigua Plaza de la Corredera[1], que estaba construida en mármol de Carrara y fue construida en 1644 siendo gobernador don Íñigo Manrique de Lara, conde de Frigiliana, mayordomo mayor de la Reina esposa de D. Felipe IV. Para preservar la Alameda, el gobernador prohibió para siempre el avance o construcción de nuevas casas.

En 1771, debido al abandono en que se encuentra el lugar se propone el arreglo de los pilares y pavimento que, con la caída de las aguas y el tránsito de coches, precisa una urgente reparación. En 1778 se precisaba reparar el pavimento de las dos calles por la que transitaban los coches. La calle peatonal intermedia carecía de pavimento sólido y seguro, lo que provocaba cierta incomodidad a las numerosas personas que acudían en todas las épocas del año. Los bancos en su mayoría estaban hundidos y los pilares que sostenían los respaldos en mal estado.
Hacia 1836 se convirtió el Paseo en un jardín, según el gusto de la época, siendo alcalde D. Ángel María Castriciones, y se terminó en 1843, por D. Javier de Urrutia. El arquitecto fue D. Juan de la Vega. En esos trabajos se ocuparon a los deportados carlistas que habían sido recluidos en Cádiz.
Estaba dividida en tres trozos: dos salones (uno alto y otro bajo) y en medio un trecho más angosto que conservaba el ancho de la calle principal de la antigua Alameda. Consistía en un Salón Bajo de 56 pies de ancho por 282 de largo[2], limitado por asientos de mármol con respaldo de hierro en uno y otro lado; dos hileras de árboles formaban las tres calles del paseo, cuyo ingreso principal era por una escalinata de mármol, cómoda y bien calculada. A continuación había dos pequeños jardines, cuyas portadas estaban formadas por pilares de piedra. Cada jardín tenía su fuente saltador, muy pequeñas, que recibían el agua por una cañería subterránea desde un depósito elevado en el ex convento de San Francisco, al que se subía mediante bombas. Los jardines estaban rodeados por un barandaje de hierro, embutido de trecho en trecho (4 varas[3]), en pilares octogonales de piedra franca, que terminaban en vasos etruscos. Entre ambos queda una calle central para el paseo, provista de cómodos asientos corridos, de 210 pies de largo por 28 de ancho[4]. El pavimento de este y del anterior era de arena, regada con el agua del mar y apisonada fuertemente hasta quedar reducida a una masa consistente y suave.
A continuación empezaba el Salón de Cristina o Alto, llamado así en honor a la Reina gobernadora, elevado tres pies sobre el nivel de los otros, de 250 pies de largo y 50 de ancho[5], circuido de asientos de losas de mármol, con espaldares de hierro fundido, formando óvalos enlazados, y teniendo su entrada por cuatro escalinatas, también de mármol, decoradas con pedestales que contenían estatuas de plomo y cinc. En vez de ángulos, a este paralelogramo se le hicieron cuatro semicírculos salientes que además de hacerla más hermosa, servían como miradores hacia la bahía gaditana. Cuatro jardincitos muy pequeños, cerrados por una verja de madera y colocados entre los semicírculos y las escalinatas laterales, concluían el paseo, al cual, como a los anteriores, rodeaban robustos y frondosos árboles.
En el lugar donde estuvo la fuente y estatua de Hércules se colocó una estatua de Lucio Moderato Columela, vaciada en plomo por D. José de Vilches. También se situó en el mismo lugar una sencilla y elegante fuente de mármol, que estuvo en el patio del ex convento de San Francisco.
Es el 17 de junio de 1856 cuando se pasó a denominar Alameda de Apodaca[6], en honor de D. Juan Ruiz de Apodaca y Elisa, almirante de la Armada, nacido en Cádiz en el siglo XVIII y que consiguió la concesión del puerto franco a su ciudad natal.
Entre 1893 y 1895 se eliminarían las verjas y los asientos, quedando transformada en un jardín inglés. Próximo a la calle de Buenos Aires existía un pequeño montículo que estaba formado por la bóveda de un acuario que fue necesario cegar por su excesivo gasto.
Es entre 1926 y 1927, siendo alcalde de Cádiz D. Agustín Blázquez, cuando adquiere su actual fisionomía debido a la reforma realizada por el arquitecto sevillano D. Juan Talavera y Heredia, quien realiza el jardín sevillano según los cánones regionalistas vigentes en la época de la Exposición Iberoamericana, utilizando profusamente la cerámica vidriada y la forja, destacando el diseño de las farolas[7]. Está constituida por una serie de parterres de distintas formas que van delimitando plazoletas que se distribuyen con una cierta simetría respecto a lo que se podría considerar el centro del recinto, que es una placita ocupada por un gran monumento al Marqués de Comillas, fundador de la Compañía Trasatlántica, inaugurado en 1922 y obra del escultor catalán D. Antonio Parera Saurina. De ella parten a derecha e izquierda sendos paseos cubiertos con pérgolas, que desembocan en amplias plazas rectangulares, de las que a su vez, sale un pasillo que conduce a otras octogonales. Por último, en los extremos de la Alameda las plazoletas son ovaladas.
En 1926 se colocó junto a la fachada del Baluarte de la Candelaria una fuente ornamental realizada por el escultor valenciano Mariano Benlliure. Años después dicha fuente fue trasladada al interior del Parque de Genovés.
El 1 de julio de 1938, se aprobó el emplazamiento de la Cruz de los Caídos, que se llevó a cabo dando frente al mar y a la calle Santiago Terry. Fue retirada el 30 de abril de 1987.

La acera exterior de la Alameda recibe sombra de varios ejemplares de plátanos (Platanus hybrida). Los setos de los parterres de este lado de la Alameda son de tuyas (Thuja orientalis), mientras que en las zonas más internas y en los situados hacia el mar, son fundamentalmente de aligustre (Ligustrum vulgare), entremezclados a veces con pitósporos (Pittosporum toriba) o con transparentes (Myoporum acuminatum). Entre el medio centenar de especies distintas que albergan los jardines destacan, fundamentalmente, dos ejemplares centenarios de ficus (antes se pensaban que eran de la variedad Ficus macrophylla, pero ahora se piensa que son de la variedad Ficus magnolioides). Al parecer, fueron traídos de Sudamérica junto con el ejemplar que existe frente a la playa de La Caleta a principios del siglo XX. También existen dos árboles muy raros de encontrar en otros jardines de Cádiz: un chirimoyo (Annona cherimola) y  dos ejemplares de ombú (Phytolacca dioica).


[1] Actual Plaza de San Juan de Dios.
[2] Equivalentes a 15,60 m por  78,46 m.[1][3] Equivalentes a 3,34 m.
[4] Equivalentes a 62,1 m por 8,27 m.
[5] Equivalentes a 0,88 m de elevación, 73,92 m de largo y 14,78 m de ancho.
[6] Hasta entonces se denominaba simplemente Alameda.
[7] Según parece, al ver finalizada su obra, Juan Talavera exclamó: «Esto no lo hay en el mundo; en Sevilla existe el jardín igual, aunque en mayor extensión, pero le falta este balcón al mar, que es la admiración de quien lo ve».


Bibliografía

1--ALONSO DE LA SIERRA FERNÁNDEZ, JUAN y ALONSO DE LA SIERRA FERNÁNDEZ, LORENZO. 2003. Cádiz artística y monumental. Madrid : Sílex, 2003.
--ARRIAGA GARCÍA, OLGA, y otros. 1999. Paseo Botánico por la Ciudad de Cádiz. Cádiz : Quorum Libros Editores, 1999.
2--C.E.M.M.J.D. 1824. Compendio Histórico descriptivo de la M. N., M. L. y M. H. Ciudad de Cádiz. Cádiz : Imprenta de Hércules, 1824.
3--CARO QUESADA, Mª JOSEFA S. 2000. Plazas y Jardines de Cádiz. Cádiz : Diputación Provincial de Cádiz, 2000.
--GONZÁLEZ MARTÍNEZ, ADOLFO y PAZ PASAMAR, JORGE A. 1984. Paseo por Cádiz. Visita a la ciudad según sus coplas. Cádiz  : Ingrasa, 1984.
4--GUTIÉRREZ LÓPEZ, CONSTANTINO. 1994. Compendio de la Ciudad de Cádiz. Autoridades durante el siglo XX, eclesiásticas, civiles, militares y universitarias. Avenidas, calles y plazas. Cádiz : s.n., 1994.
5--JIMÉNEZ MATA, JUAN y MALO DE MOLINA, JULIO. 1995. Guía de Arquitectura de Cádiz. Sevilla : Consejería de Obras Públicas y Transportes, 1995.
6--MADOZ, PASCUAL. 1845-1850. Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de Andalucía: Cádiz. Madrid : s.n., 1845-1850.
7--RUIZ NIETO-GUERRERO, MARÍA DEL PILAR. 1999. Historia Urbana de Cádiz. Génesis y formación de una ciudad moderna. Cádiz : Caja San Fernando, 1999.
8--SMITH SOMARIBA, GUILLERMO. 1913. Calles y Plazas de Cádiz. Apuntes acerca del origen de sus nombres y de sus variaciones. Cádiz : Imprenta de Manuel Álvarez, 1913.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Cádiz. Décadas de los 70 y 80 del siglo XX

Recorre la ciudad de Cádiz en la década de los 70-80 del pasado siglo XX al compás de la marcha "Cádiz" de Federico Chueca.



lunes, 21 de marzo de 2011

La Catedral de Cádiz

La Catedral de Cádiz se empezó a edificar en 1722 y no se terminó hasta el 28 de noviembre de 1838, vino a sustituir en sus funciones a la Parroquia de Santa Cruz que hacia las veces de Catedral.

Es una Seo de grandes proporciones, y se comenzó a construir según proyecto del arquitecto Vicente Acero, diseñando un espectacular templo barroco, planta de cruz latina, tres naves y girola en la cabecera, dejando el proyecto en 1729 haciendose cargo de las obras Gaspar Cayón pasando en 1757 a su sobrino Torcuato Cayón, este último es quien dirige el cambio del barroco al neoclacicismo, reformando parte de la fachada, pero sobre todo acortando la altura prevista, que según el proyecto de Vicente Acero era de dimensiones mucho más altas, tras su muerte en 1783, le sucede Miguel Olivares hasta 1790, fecha en la que empieza a dirigir la obra Manuel Machuca.

Durante la paralización de las obras (1796-1832), se suceden en Cádiz varios acontecimientos de gran trascendencia para España, mientras tanto, las capillas se usan para distintos fines, talleres, fábricas y almacenes, e incluso mortuorio a lo largo de diferentes epidemias que asolaron Cádiz sobre todo en la primera década del siglo XIX.

Un incendio en la capilla de San Filmo, utilizado a la sazón como almacén de maderas (1832), será el motivo esgrimido para finalizar las obras, para ello, desde ese año, dirige las obras el arquitecto valenciano Juan Daura, dandose por acabada las obras en 1853,  aunque el templo fue consagrado, en junio de 1838, por el obispo fray Domingo de Silos Moreno.   En su interior se encuentra el museo Catedralicio, que alberga tallas, cuadros y objetos litúrgicos de gran valor artístico.


La Catedral de Cádiz fué declarada "Bien de interés cultural" desde el 4 de junio de 1931.

En los 116 años que tardó su construcción, se ve el cambio de estilo y los gustos de los distintos arquitectos. Esta gran cantidad de arquitectos explica la mezcla de estilos, basicamente tres: barroco, rococó y neoclásico.

sábado, 19 de marzo de 2011

Cádiz en blanco y negro.

Un paseo por la ciudad de Cádiz, en las décadas de los 50 y 60 del pasado siglo XX.

Dejate llevar con el embrujo de la música y el encanto de las fotos en blanco y negro.

jueves, 17 de marzo de 2011

Muy breve historia de Cádiz

Cádiz, ciudad más antigua de Occidente, 3000 años de antigüedad y salada claridad le contemplan.

Según los antiguos fue fundada en el año 1100 a. C., a diferencia de la ciencia moderna que sitúa su fundación hacia el 800 a. C..

La fundación es obra de los fenicios de Tiro, que se encontraba en plena expansión marítima y comercial, los cuales colocaron sobre la isla gaditana y fenicia una factoría comercial, y un templo al dios Melkart en el otro extremo. Le dieron el nombre de Gadir, que significa "recinto cerrado".
 
Con la decadencia de la metrópoli, Tiro, los fenicios gaditanos se ponen bajo la protección de Cartago, se puede decir que desde el s. V a.C. Cádiz queda sometida a la influencia púnica.Tiempo después los gaditanos aprovecharán las guerras entre cartagineses y romanos para liberarse del yugo militar de Cartago, firmando en el año 206 a.C. un acuerdo con Roma y convirtiendose en ciudad aliada, conociendose con el nombre de "Augusta Urbs Julia Gaditana". 

Siendo ya romana se inicia en Gades una fase larga de prosperidad que convierte a nuestra ciudad en una de las más importantes del Imperio, se la conocerá con el nombre de Augusta Urbs Julia Gaditana, concediéndoseles a los gaditanos la ciudadanía romana.La potencia del Gades romano fue difuminándose con el tiempo con el paso de los años, cayendo hacia el siglo V de nuestra era en poder de los godos y no siendo más que un recuerdo ruinoso y monumental de sus antigua prosperidad.Con los comienzos de la conquista islámica de la Península, y la derrota de los visigodos, Cádiz, ahora denominada Jezirat Kadis, se convierte en una plaza musulmana que servía de apoyo para el dominio del Estrecho, facilitando el paso de los ejércitos invasores. Esto perduró hasta que Alfonso X El Sabio la reconquistó en la segunda mitad del siglo XIII, incorporándola al Reino de Castilla. 



Desde esta provincia se contribuye notablemente al descubrimiento de América durante el siglo XV. Cristobal Colón y otros ilustres marinos utilizaron sus puertos como punto de partida hacia el nuevo continente. Muchos de ellos construyeron casas en las dos orillas con los mismos planos para tener la misma sensación de hogar cuando viajaban a ultramar, es por ello, la cantidad de edificios con tanta similitud en lugares como La Habana, Santiago de Cuba, Montevideo, Buenos Aires, etc.

El 29 de Junio de 1596 se presenta frente a las costas de Cádiz una poderosa flota integrada por 157 naves inglesas y holandesas armados en pie de guerra al mando del Conde de Essex, general inglés, favorito de la reina Isabel I de Inglaterra. Tenía por misión apoderarse de la Flota española que, cargada con innumerables riquezas, se encontraba en el puerto de Cádiz, pronta para zarpar a las Indias.  La ciudad de Cádiz fué saqueada por las huestes piratas de Essex, aún hoy hay patrimonio gaditano en los museos británicos fruto de ese pillaje.

En el siglo XVIII, "siglo de oro" de Cádiz, se monopoliza el comercio de ultramar, lo que imprime un carácter cosmopolita, penetrando nuevas ideas que dieron lugar a la apertura liberal y democrática recogida en la Constitución de 1812. Esto ocurría durante la Guerra de Independencia contra Napoleón, cuyas tropas dominaban ya casi toda España, pero Cádiz resistirá convirtiéndose en un bastión inexpugnable. 

A finales de siglo XIX la guerra de África y el Desastre de 1898, provocarán una importante quiebra en Cádiz. A principios del  siglo XX se intenta la recuperación de la ciudad que condicionará su futuro, con los cambios políticos de España, la guerra civil española, y la explosión del depósito de minas en la noche del 18 de agosto de 1.947 que destruyó casi el 50% de la ciudad, hizo que Cádiz pasara por etapas de penuria, fué después de esta tragedia cuando comenzó la expansión  hacia la zona de extramuros, toda la zona de que hoy llamamos "Puerta de Tierra", por fín en los años 60 y 70 y gracias a los astilleros, sus industrias auxiliares y al dinero que los emigrantes, muchos, aportaban, comienza un despegue de la ciudad. Se construye el puente "José León de Carranza" que atraviesa la bahía, se mejoran las infraestructuras, se potencia el turismo, las fiestas, el Ateneo vuelve a resurgir, los circulos literarios, el Casino Gaditano, se traza la Avenida de Andalucía, entonces llamada Lopez Pinto, se restaura los museos, el municipal, el catedralicio, el arqueológico se amplía.

En los años de apertura democrática se vuelve a dar otro impulso a la ciudad, la lucha de los astilleros, aeronautica, el nacimiento y resurgir de los partidos políticos, hacen que Cádiz vuelva a recuperar el talante liberal que siempre tuvo, se recuperó el Carnaval defenestrando a las franquistas "Fiestas Típicas", nuevo relanzamiento del turismo a nivel internacional, se potencia la Semana Santa, las playas gaditanas consiguen las banderas azules de los mares limpios de Europa, se construye el palacio de congresos y exposiciones.
A principios de este siglo XXI se consigue el soterramiento de la vía ferrea, que atraviesa la ciudad, convirtiendo a Cádiz en la primera ciudad andaluza con tren metropolitano, nuevos proyectos en marcha, el segundo puente sobre la bahia, el nuevo estadio de fútbol, el relanzamiento del puerto como base turística de trasantlanticos, etc.

martes, 15 de marzo de 2011

José Reymundo, fotógrafo gaditano

José Reymundo González (1869-1950), fué un fotógrafo gaditano que plasmó como pocos la vida cotidiana de Cádiz, y estaba considerado de los mejores profesionales de España en su época.

Formado artísticamente en la Escuela de la Academia de Bellas Artes de Cádiz y fotográficamente en Barcelona y París, en 1896 montó con la ayuda de un amigo, en el número 2 de la Plaza de Mina, un extraordinario estudio fotográfico por el que pasó a retratarse, durante la primera mitad del siglo XX, toda la burguesía local y numerosas familias acomodadas de las ciudades del entorno.

Un estudio en el que varias personas, familiares y empleados, se ocupaban de las numerosas tareas que había que hacer, de forma artesanal y cuidadosa, para ofrecer los elaborados y prestigiosos retratos que justificaban el lema “Artista–Fotógrafo” que Reymundo imprimía en sus cartulinas de soporte fotográfico.

También fue el fotógrafo oficioso del Ayuntamiento, recogiendo en sus placas infinidad de acontecimientos sociales y actos oficiales, obtuvo numerosos premios en concursos nacionales y extranjeros (con fotografías de composición escénica, al gusto de la época) y realizó labores de reportero gráfico para varias publicaciones, de primer nivel, de ámbito local y nacional.

En este video, se puede apreciar una infima parte de su obra, que sirva como pequeño homenaje a un gaditano de bien.

sábado, 12 de marzo de 2011

El Parque de Genovés

Este parque es uno de los rincones más bonitos y acogedores de la ciudad. Sus orígenes se remontan a finales del siglo XVIII, en esa época ya existía un espacio entre la línea de muralla y los cuarteles del Camposanto, con poco arbolado y conocido por la gente por "Paseo del perejil".
A mediados del siglo XIX, los jardines se amplían y se aumenta el número de árboles, convirtiendose en un frondoso parque llamado desde entonces "Paseo de las delicias", a finales de ese siglo se realiza un teatro, cuya estructura metálica fue obra de Gustave Eiffel.  Esta misma estructura fue destinada hacia 1930 para la construcción del Mercado de la Merced (hoy convertido en Escuela de Arte Flamenco).  Posteriormente se realizó otro teatro, destinado a teatro de verano, que recibió el nombre de José María Pemán, actualmente este recinto también está en proceso de transformación.

Después de muchos cuidados y mejoras, en 1875 se lleva  a este recinto la fiesta que se celebra a primeros de agosto en Cádiz, llamada "Velada de los Angeles", en honor a Nuestra Señora de los Angeles.

Se terminan de diseñar los jardines gracias a D. Eduardo Genovés Puig, que proyecta un parque de mayores proporciones, que se amplía aún más con la parte denominada "Bosque del Ejército", que son propiedad del Ministerio de la Guerra, y que cede a la ciudad, conformando así un parque con una gran variedad de plantas, que hacen muestra de un espacio botánico de enorme interés, dotandolo incluso de un pequeño estanque donde generaciones de gaditanos y gaditanas han alimentado a los patos que siempre  habitaron allí.

Cabe destacar una gran colección de plantas iberoamericanas, algunas de ellas ya centenarias, y anecdóticamente, una colonia de loros, periquitos, cotorras, y otras aves similares, escapadas de sus dueños que hacen las delicias de pequeños y mayores que por allí pasean.

También alberga diferentes monumentos y estatuas, por ejemplo a los españoles muertos en diferentes batallas en las primeras guerras del siglo XX, a Santa Rosa de Lima, patrona de los jardineros, a la Duquesa de la Victoria que fue una noble dama gaditana que abandonó y renunció a su vida cómoda y placentera para dedicarse al cuidado de los heridos de la Guerra de Marruecos,  al insigne botánico gaditano José Celestino Mutis, al escritor, también gaditano, José Mª Pemán, a Manuel de Falla, existe también un recuerdo para el Dr. Félix Rodriguez de la Fuente, así como estatuas alegóricas entre las que destacan dos niños refugiandose bajo un paraguas en el centro de una fuente.

Para terminar, pierdete por los rincones y recovecos de este parque con este pequeño vídeo realizado también con fotografias hechas por mí.




jueves, 10 de marzo de 2011

Gaditanos a través de la historia.

A lo largo de los años, la gente de Cádiz hemos vivido y sentido nuestra ciudad de muchas maneras, quizás ese sea el motivo de quererla tanto.

¿Quereis saber algunas de las formas en la que hemos manifestado la pasión que tenemos por nuestra ciudad?, echadle un vistazo a este video que he montado para vosotros-as, activad los altavoces porque tiene sonido, espero que os guste.




domingo, 6 de marzo de 2011

Las casas señoriales de Cádiz





Muchas de las casas del casco antiguo gaditano, sobre todo las que están en la zona de Pelota, Compañía, Columela, Ancha, San Francisco, San Antonio, Alameda, barrio de San Carlos…. fueron edificadas en su mayoría en en los siglos XVII y XVIII por navieros, consignatarios, marinos de alto rango, etc., que luego llevaban los planos donde la línea de su barco rendía viaje, generalmente Cuba, Argentina, Uruguay… y construían una gemela para cuando iban por allí no extrañaran nada de lo que habían dejado en Cádiz, de ahí el dicho de "La Habana es Cádiz, Cádiz es La Habana".

El diseño de la casa tiene un denominador común:  La planta baja como almacén y despacho, tiene ventanas y puerta de carros o cuadra.  El patio no era lugar de recreo sino de trabajo, y era completamente diferente a los sevillanos o cordobeses por poner un ejemplo, además algunos tenian "accesorias" que eran continuaciones del patio aunque estaban cubiertas, era donde se guardaban las mercancias mas valiosas.

Habia casas que tenian dos patios, el que estaba más cercano a la calle era generalmente más amplio y era donde se recibian a las visitas de trabajo, el más alejado de la calle se dedicaba al cien por cien al trabajo, almacenaje y no era accesible al público.

Cuando las casas disponian de una entreplanta,  se ubicaban en ellas las dependencias administrativas tales como las oficinas, archivos, despachos, etc,. generalmente enrejadas porque era donde se guardaba el dinero y la documentación importante, incluso habia comerciantes que necesitaban que algunos de sus empleados viviesen en su finca por lo que era ese lugar donde tenian sus aposentos privados.

La primera planta es la zona noble (los mejores balcones están ahí); también sus techos son más altos para colgar grandes lámparas o cortinajes, habitaciones espaciosas cuyas ventanas sin rejas daban a la calle o a los patios interiores para aprovechar la luz natural.  Las puertas eran de madera o cristal y los muebles de la mejor calidad, es obvio que esta era la planta dedicada a la vivienda principal.  Como último dato, decir que los cierros en los balcones no llegaron hasta el siglo XIX. 

La segunda planta, y tercera si existia, estaba dedicada a la servidumbre, que era donde habitaban, con techos más bajos,  balcones mas modestos o sólo con ventanas.    La decoración era más austera aunque también mantenian la prestancia del resto de la casa ya que iba heredando los muebles de la planta noble.

En la azotea estaba el lavadero, la zona para tender la ropa, las tomas de agua de lluvia que la canalizaban a los aljibes y por supuesto la torre mirador, donde se contrataba un vigía cuando se calculaba que la nave estaba a punto de llegar a puerto, hay que tener en cuenta que en aquella época no había radio ni nada parecido.   Cuando el barco aparecía en el horizonte izaba un gallardete, o la bandera de la compañía para que al vigía le resultase fácil identificarlo, de esa manera daba tiempo suficiente para llegar al puerto y preparar todo lo necesario para cuando el barco atracase (personal de descarga, documentaciones, lugar de atraque, etc).

La forja de los balcones también tiene unas características propias: Cada casa tiene un diseño exclusivo, barrotes con grecas, con flores, algún que otro escudo, y otros dibujos diversos,  no hay dos iguales, además, en la inmensa mayoría, los balcones tienen el llamado "pecho de paloma" que no es más que una curvatura en la zona baja y que servía para comodidad de las señoras de la casa, cuando se asomaban, la parte baja del vestido entraba en ese hueco y no rozaba con el metal evitando el deterioro de la prenda y sobre todo que no se levantase hacia atrás si el vestido estaba almidonado o tenía enaguas o bajofalda dejando así al descubierto por detrás "partes púdicas", además el balcón cumplia otra función adicional: En él se colocaban las colgaduras, generalmente colchas, y algún que otro "repostero" corporativo, en las grandes festividades y conmemoraciones.

Algunas tienen unas forjas muy modestas a pesar del señorío de la fachada, y tiene una explicación: Cuando el asedio napoleónico se edificó el Fuerte de Cortadura, y, como con la marea vacía los invasores podrían entrar por la arena, muchos gaditanos desmontaros sus forjas para clavarla en la arena de Cortadura creando así una barricada inexpugnable, luego, cuando repusieron, muchos de ellos no tuvieron demasiada capacidad económica para colocarlas parecidas o bien prefirieron hacerlas sencillas para colocarlas cuanto antes.

jueves, 3 de marzo de 2011

Breve historia de la Plaza de Mina



Uno de los paseos favoritos de los gaditanos, la hermosa plaza de Mina, se formó sobre el área de la huerta del convento de San Francisco, se construyó en 1838, los ayuntamientos de 1841 y 1842 verificaron las obras de ornato, lo que llevaron a cabo con tanta  diligencia y esmero, que "publicadas las cuentas el 25 de Noviembre, viose que solo había costado 178.272 reales de vellón con 20  maravedies". La plaza cuyo perímetro exterior era igual al actual tenía entonces tres hileras de arboles, que formaban dos calles embaldosadas, cerrada por asientos de material y respaldos de hierro fundido, que fueron traídos de Sevilla.

Además, por todo su interior había un ancho emparrado de hierro, quedando el centro del paseo con un empedrado menudito, sin que llegase a levantar el monumento y estatua que se había acordado erigir al general Espoz y Mina, posteriormente, en 1861, se hicieron en este dos jardines, con unas plataforma o tablado para la música, después se quitaron los emparrados.

Cuando la moda de las aguas, fue una manía concejil colocar fuentes en todas las plazas, se quitó la plataforma y se construyó ancho pilón con algunos juegos de combinación de aguas, al quitarse pasado tiempo, la fuente, fue sustituida por un parterre con una gran azucaira en su centro.

Antes estuvo allí colocado un candelabro, trasladado después a la Plaza de Loreto (Hoy Plaza de San Francisco) y de esta a la Merced, los jardines estaban cerrados por barandillas de hierro, y en cierta época eran cerradas de noche sus calles por ligeras verjas.      En 1897 siendo alcalde don Benito Arroyo, se hizo la ultima transformación, imperando el gusto moderno; la primera disposición de los parterres no resaltó, verificándose otra bajo la dirección del Sr. Oliva. El nombre oficial, como hemos dicho, es de General Espoz y Mina, suprimiéndose por el uso las dos primeras partes, en el centro existe una casa con columnas, mandada a construir por los señores Carranza para la música de la ciudad.

También estuvieron instaladas en Mina, las oficinas de diversos partidos políticos y asociaciones, como el centro republicano y sociedad económica de amigos del país y centro de unión patriótica, incluso hubo una logia masónica. En el número tres nació Manuel de Falla y en su fachada está instalada una lápida conmemorativa. Existe otra en el número doce dedicada al geólogo MacPherson.               En el número ocho vivió Ana de Viya, y en los números diecisiete y dieciocho estuvo el Hotel Francia y París, que fue uno de los mejores establecimientos de esta índole en Cádiz y que luego se trasladó a su actual ubicación en la Plaza de San Francisco. 

Francisco Espoz y Mina, que da nombre a la plaza nació en 1781 y falleció en 1836.  Fue un valiente guerrillero de la guerra de la independencia.   Alcanzó el grado de general y fue nombrado virrey de Navarra, durante las guerras carlistas, renunciando a este cargo pasando a ocupar la capitanía general de Cataluña.