Pasión por Cádiz

Mi foto
Cádiz, Andalucía, Spain
AB ORIGINE SEMPER FIDELIS. IN PERPETUAM, SEMPER ET UBIQUEM GADES. QUI POTERS CAPERE, CAPIAT.

viernes, 17 de junio de 2011

La historia del Vapor "Covadonga".


El Vapor "Covadonga" fué realizado en los talleres de Rafael Manzano Bazán, que estaban situados en el mismo lugar que después ocuparía la Fundición de Vigorito, en 1905 el citado Rafael Manzano puso en funcionamiento un taller situado sobre las ruinas del antiguo teatro romano y que giraba con el nombre social de "El sur de Cádiz". 

Aún asi, tuvieron que ampliar la zona de trabajo hacia la parte de la Parroquia de Santa Cruz, siendo autorizado por el Sr. Obispo José Mª Rancés con la condición de tener acceso visual desde una ventana al transcurso del singular trabajo.

Los talleres de Manzano estuvieron en funcionamiento hasta 1947, en ese año Vigorito pasó a ocupar las naves situadas en el Campo del Sur.

En cuanto a la botadura del Vapor "Covadonga", en noviembre de 1909, hay que decir que llamó la atención de toda la prensa española porque resultó curioso y espectacular que un vapor tuviese que atravesar una ciudad para ser llevado hasta el agua.


El "Covadonga" fué arrastrado por caballerías y por una legión de muchachos del cercano colegio de La Salle - Mirandilla, que se sumaron alegres al singular acontecimiento, era obvio que en aquellas fechas, no se observaban las normas laborales de seguridad que existen en la actualidad.





El "Covadonga" tuvo que pasar cinco días en la Plaza de 
San Juan de Dios debido a que el mal tiempo impedía su botadura, además, el Ayuntamiento no autorizó el cruce por la Plaza hasta asegurarse que su tránsito no dañaba los railes por el que circulaban los tranvias y el alcantarillado, cuando llegó al cantil del muelle, la  grúa flotante "Hércules", de la Junta de Obras del Puerto se encargó de llevarlo hasta el mar.


En el Carnaval de 1910, el coro "Los portamonedas" hizo referencia a la botadura del "Covadonga", elogiando la capacidad de los obreros gaditanos y de los talleres de Manzano.

El diario ABC de Madrid publicó en portada una gran fotografía del "Covadonga" saliendo de los talleres de Manzano, y el Diario de Cádiz se encargó ampliamente de la noticia dando toda clase de detalles del traslado del vapor hasta el muelle.


Crónica del ABC de Madrid acerca de la 
botadura del Vapor "Covadonga"
 

"Sobre dos rieles y un cojinete viejo, ha sido hecho en dos meses y medio el casco de un nuevo vapor, que tiene quince toneladas de peso y mide 15,37 metros de eslora, 1,67 m de puntal y 3,76 de manga.

Han trabajado quince o veinte hombres, muy peritos como lo demuestra la perfección con que se ha hecho el casco; éste parece fundido: los remaches y todo está concluido de manera perfecta;lo elogian cuantas personas lo han visto.

Se destinará a remolques y servicio de esta bahía, entre ellos el transporte de sales y se encuentra  sobre uno de los carros que sirvieron en el astillero para botar al agua las lanchas cañoneras que se construyeron para Cuba".





Crónica firmada por Diego Joly, aparecida en Diario de Cádiz el
29 de noviembre de 2005
"Navegando por las calles de Cádiz"
 
——————————————————————————–

Auténtico. El 17 de noviembre de 1909 tuvo lugar la insólita botadura del vapor ‘Covadonga’, que fue conducido desde el taller de Rafael Manzano, en el Campo del Sur, hasta el muelle, causando una enorme expectación entre los vecinos.

Cádiz. Hace unos días se cumplieron 96 años de la botadura más larga e insólita en la Bahía: la del vapor Covadonga. Fue construido en el taller de Rafael Manzano, situado en el corralón de la Catedral Vieja en pleno Campo del Sur.

El barco hubo de rodar un kilómetro para llegar al mar por la llamada dársena de Moret, cuya estatua, por aquel entonces, estaba a punto de inaugurarse en su primer emplazamiento, enfrente de la Puerta del Mar.

Los trabajos de construcción del vapor, en los que participaron 20 operarios, concluyeron el 10 de noviembre de 1909 de acuerdo con la información publicada en Diario de Cádiz, que dedicó amplias líneas a este acontecimiento.

"El barco había sido bendecido el día anterior por el señor cura de la parroquia del Sagrario y bautizado con el nombre de Covadonga", recogía el Diario.

El 14 de noviembre, la embarcación estaba en sus gradas de secano con el casco totalmente terminado y su cubierta a punto, teniendo instalado el timón y la hélice, e izada una bandera nacional en la proa. Para sacar el casco del corralón fue necesario derribar una de sus tapias.

A partir de este momento se puso en marcha una delicada operación para deslizar el carretón. A modo de itinerario de Semana Santa, el recorrido fue el siguiente: Campo del Sur, Cuesta de San Juan de Dios, Plaza Isabel II, calle Isaac Peral y a ‘su templo’, el muelle de Moret, donde fue transportado hasta el cantil para quedar suspendido el casco del gancho de la cabria de la grúa flotante Hércules. Comienza así la botadura más larga de la Bahía y con seguridad una de las más singulares de la construcción naval española.

Para la maniobra se dispuso de una veintena de trabajadores, sumándose curiosos y un nutrido grupo de chavales. El barco, de más de 18 toneladas de peso, fue alzado sobre dos plataformas de ocho ruedas, necesitándose toda una tarde para ubicarlo en la esquina de la cuesta de San Juan de Dios, en la cual permaneció hasta la madrugada debido al paso de los tranvías que regresaban de Extramuros. Luego se inició su descenso hacia la plaza Isabel II, faena que duró toda la noche.

El 15 de noviembre de 1909, Diario de Cádiz publicó: "Un vapor en la Plaza de Isabel II. Los trabajos de arrastre del carretón, que tuvieron serias dificultades por hundirse las ruedas en el pavimento, siendo por ello alfombrado el recorrido con chapas de acero, han tenido éxito y en esta fecha se encuentra la embarcación en la Plaza de Isabel II. Fueron centenares las personas que bajaron a la Plaza movidos por la curiosidad a contemplar el buque y seguir la complicada maniobra, elogiando a los obreros que lo han construido, a los que se ocupan de la complicada tarea de llevarlo hasta el muelle, a su propietario señor Fuentes y al hábil maestro Rafael Manzano".

En San Juan de Dios se hizo un alto con la idea de trasladarlo directamente hasta el muelle, pero un hecho pintoresco retrasó la maniobra. El alcalde, desde su despacho del Consistorio, sorprendido por el inusitado espectáculo de un barco atracado en la plaza de Isabel II mandó a dos guardias para suspender la operación, ante el temor de que el peso del vapor hundiera las bovedillas del alcantarillado. Tras un acalorado diálogo entre los constructores y aparejador municipales, y tras los debidos peritajes, se acordó finalizar el trayecto colocando bajo los carros que lo aguantaban unas planchas de hierro que repartieran la carga, labor lenta y pesada pero necesaria ya que el alcantarillado quedaba a poca profundidad.

Así lo contaba este periódico hace 96 años: "Anoche, al parar la circulación de los tranvías empezaron los trabajos para seguir arrastrando el vapor Covadonga desde el sitio de la Plaza de Isabel II, donde se encontraba, hacia el muelle. En aquel momento se acercó un sereno, participando al dueño del vapor don Ildefonso Fuentes y al maestro director de los trabajos que tenía orden de que no siguiera el arrastre.


Comenzaron las gestiones para obtener el necesario permiso, pues parece que el señor alcalde interino había dispuesto que no se trasladara el vapor hasta que el ingeniero municipal informara si podía hacerse. Hubo conferencias con el alcalde nombrado Sr. del Toro y con el que actúa de interino Sr. Rivas, y se pidió informe al ingeniero Sr. Díaz Escribano. Parece ser que éste, desde su casa de donde no salió por encontrarse enfermo, manifestó por escrito que cree que el buque ha pasado ya la parte más difícil, o sea la calle de San Juan de Dios. Manzano y Bustelo expresaron que no ocurriría nada, puesto que el vapor está sobre un carro grande y éste tiene ocho ruedas. Dadas al fin las órdenes oportunas, a la una menos cuarto, siguió la operación curiosa de arrastrar el vapor".

Finalmente, a la mañana del 17 de noviembre, el barco quedó situado en el cantil del muelle. Allí le esperaba desde hacía dos días la grúa flotante Hércules que en una espectacular maniobra lo posó en el mar. Eran las dos de la tarde cuando la grúa de la Junta se acercó al cantil del muelle, teniendo que ser apartadas muchas personas, porque los curiosos se agolpaban en número extraordinario y entorpecían las operaciones. Cuando se logró el sitio necesario, se pasaron cuatro gruesas cadenas por debajo del carro donde se encontraba el vapor. Empezó ésta a recoger las cadenas y el buque se levantó del suelo, siendo suspendidos a considerable altura. Seguidamente, la maquinaria dejó caer el vapor poco a poco, despacio, con precisión matemática, tocando el mar a las tres en punto de la tarde, habiendo hecho las operaciones con toda rapidez y lucimiento. La embarcación quedó fondeada en la Bahía, cerca del muelle, por donde siguieron desfilando toda clase de personas.

"Con toda felicidad se ha lanzado a la mar esta tarde el vapor Covadonga sin que ocurriera ningún incidente. Circuló la noticia y en el muelle se congregaron centenares de curiosos desde la Capitanía del Puerto hasta la pescadería, formando compactas filas. Había estado lloviendo y en aquellos instantes lució un sol espléndido, como si éste quisiera asociarse con su brillo a la hermosa fiesta gaditana, que es muy interesante para la historia de nuestras construcciones navales", describió el redactor del diario.



2 comentarios: