Pasión por Cádiz

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Cádiz, Andalucía, Spain
AB ORIGINE SEMPER FIDELIS. IN PERPETUAM, SEMPER ET UBIQUEM GADES. QUI POTERS CAPERE, CAPIAT.

jueves, 28 de julio de 2011

Apuntes históricos gaditanos

¿Cuando se hicieron los actuales arcos de Puerta Tierra?

La actual fisonomía de las Puertas de Tierra procede de comienzos de los años 50, y es obra del prestigioso arquitecto municipal Antonio Sánchez Esteve.

El primer proyecto de urbanizar el frente de tierra de las defensas de Cádiz, conocidas como "Los Glacis", se efectuó en 1939, y era obra del arquitecto Hidalgo. Dicho proyecto diseñó una puerta separada de las murallas, quedando en el centro de una gran plaza. Por distintos motivos este proyecto no se llevó a cabo y las murallas cercanas de las Puertas de Tierra sufrieron un progresivo deterioro.

La explosión de 1947 vino a agravar esta situación, ya que la onda expansiva se frenó afortunadamente por los baluartes, pero quedó el monumento central rodeado de piedras ruinosas.

El alcalde José León de Carranza, en 1949 decidió actuar conjuntamente con la Dirección General de Arquitectura y se aprobó un proyecto de Sánchez Esteve en el que las puertas de tierra se diseñaban esta vez unidas al resto de la muralla y parte de los baluartes. Esta última idea también completaba la nueva imagen del monumento con el añadido de las estatuas en triunfo de San Servando y San German, lugar que ocupan hoy.

En 1951, la muralla quedó unida a la monumental puerta y Sanchez Esteve diseñó dos grandes arcos para solucionar los problemas del tráfico rodado.

Otra fuerte polémica surgió con motivo de las transformación del primitivo torreón de las Puertas de Tierra por el actual, mucho más estilizado pero diferente del original.

Vencieron las nuevas ideas y el 17 de Agosto de 1952 se izó el pendón en el torreón.
La urbanización de la zona se completó con un estanque y un surtidor de agua a gran potencia.

Años después el Ayuntamiento ensayó soltar patos en el estanque, idea que no prosperó y fueron retirados en poco tiempo.


¿Cuando llegó la imagen de la televisión a Cádiz?

Las primeras emisiones de televisión en Cádiz, llegaron en Octubre de 1961, cuando se instaló una estación repetidora en Guadalcanal, en la sierra sevillana, cosa que se anunció a bombo y platillo.

En esas fechas, los gaditanos comenzaron a ver la televisión nacional, aunque con sus dificultades. La señal se recibía por antena del canal 4 en banda de VHF y en lugares bien situados para la orientación se recibía aceptablemente y a base algunas veces de antenas situadas en altos postes, aunque en otros sitios de la ciudad, no había manera de conseguir ni una gota de visión.

Los gaditanos más avanzados, desde 1956 sintonizaban la televisión portuguesa, que repetía onda desde la estación de Faro, y en días de buena estabilidad atmosférica, se visionaban partidos de fútbol y cantantes de melancólicos fados.


¿Cuando llegó el "cinemascope" a Cádiz?

Llegó con el estreno de la película "La Túnica Sagrada" en el desaparecido Teatro Andalucía, a primeros del mes de Octubre de 1954.

En la publicidad, se hacía énfasis en que no había que usar gafas como las utilizadas para ver las peliculas tridimensionales, pero sí que anunciaba una..... "pantalla-espejo milagroso", a la vez que "convierte al espectador en actor", decía.


¿Cuando llegó el alumbrado público eléctrico a Cádiz?
 

En 1891, aunque desde tres años antes se hicieron pruebas de iluminación urbana en el casco de nuestra ciudad.

Bajo el mandato del alcalde Eduardo Genovés, el fundador y propietario de la empresa eléctrica Francisco de la Viesca, culminó las pruebas en diciembre de 1891.

Las calles no estaban a oscuras, había desde muchos años antes, un alumbrado de gas, pero la nueva iluminación causó sensación. Las bujías, como se denominaban entonces, se instalaron en pruebas en lugares como la plaza de San Agustín, plaza de la Catedral esquina a San Juan, o la calle Prim esquina a Obispo Urquinaona. Por ejemplo, en la plaza de Candelaria se colocaron 16 lámparas con 16 bujías cada una.

El servicio comenzó el 17 de diciembre de 1891 en las zonas donde ya se habían verificado las pruebas definitivas. Se acordó que las lámparas eléctricas se apagaran a las doce y media de la noche y que las de gas se encendieran a las doce, media hora antes.



¿Sabías que?

¿Don José Sáenz de Santa María, Marqués de Valde-Yñigo, quiso que el Oratorio de la Santa Cueva, que él fundó, tuviese una pieza musical original y exclusiva?.

Por mediación de los Marqueses de Ureña y Méritos, consiguió contactar con Joseph Haydn y le convenció, a pesar de ser este compositor de religión protestante a que compusiera una obra que le diese fama universal, a lo que accedió después de varios ruegos creando la obra titulada "Las Siete Ultimas Palabras de Nuestro Salvador en la Cruz", que a la postre se ha hecho conocida en todo el mundo.  Las partituras originales se conservan en dicho oratorio y en el pequeño museo se expone una copia en facsimil.

El Marqués de Valde-Íñigo pagó en metálico dicho trabajo, aunque una parte la pagó en especias:  Cacao del Nuevo Mundo, habida cuenta de que el compositor austríaco era un glotón empedernido.

jueves, 21 de julio de 2011

Los tranvías de Cádiz.

El primer tranvía en Cádiz lo solicitó Freitas Reys el 22 de febrero de 1876. El segundo proyecto lo presentó Salvador Viniriega el 9 de marzo de 1888, solicitando un tranvía entre la Plaza de San Francisco en Cádiz y la de San Lorenzo en Puntales con un ramal desde la Plaza de Isabel II a la estación del Ferrocarril.      Otro nuevo proyecto de tranvía se presentó en junio de 1896 acompañado de solicitud formulada por Eugenio Mottard, vecino de Lyón y residente en Madrid, sobre un tranvía eléctrico por varias calles paseos interiores y afueras de la ciudad de Cádiz. En cuyo caso la Administración hizo pública la solicitud para que en el plazo de un mes se presentaran otras proposiciones, acompañadas de sus correspondientes proyectos, que mejoraran la del solicitante.





El tercer tranvía obedecía a un proyecto del ingeniero Eduardo de Aguirre, promovido por Aniceto Abásolo, de un tranvía desde la Plaza de Méndez Núñez en Cádiz á Chiclana publicado en la Gaceta de Madrid el 17 de septiembre de 1895 considerado como tranvía eléctrico. Este proyecto modificado se redactó el 25 de Agosto de 1899 de acuerdo con la Ley de Ferrocarriles de 23 de noviembre de 1877. Contemplaba un trayecto entre Cádiz y San Fernando, con ramal al Arsenal de La Carraca, partiendo de la Plaza de Isabel II de Cádiz . El 7 noviembre de 1899 se celebraría la subasta convocada en la Gaceta de Madrid de 5 de septiembre del mismo año.

Exigiendo entre las condiciones de participación en la misma, el depósito de una fianza provisional de 9.500,20 pesetas, advirtiendo que tenía derecho de tanteo, al ser propietario del proyecto Luís María Josserau de Branción, al que de no resultar adjudicatario se le deberían abonar la cantidad de 8.850 pts, cantidad resultante de la valoración pericial del proyecto aprobada por la Real Orden de 13 de julio de 1899.


Las líneas urbanas registradas del tranvía en Cádiz fueron las siguientes:

- Línea de San Severiano.
- Línea de Apodaca al Balneario.
- Línea del Gobierno Civil al Balneario. Esta línea sustituyó en 1945 a la anterior.
- Línea de la Plaza San Juan de Dios a Cortadura.


Los tranvías fueron suprimidos definitivamente cuando fueron sustituidos a mediados de la década de los '60 del pasado siglo XX por los primeros autobuses de la Compañía: Los Pegaso "Comet", poco a poco fueron eliminandose las catenarias, y también las vías de las calles, en algunos casos arrancandolas y en otros sepultandolas bajo asfalto, tan sólo queda una pérgola que servía como marquesina de la parada en el paseo de Canalejas, junto a la famosa "Fuente de las tortugas".


Los primeros autobuses recorrieron la ciudad por trayectos insospechados en nuestras fechas: Plaza del Mentidero, San Juan de Dios, Catedral, o las calles Pelota o Arquitecto Acero.


Para finalizar un video que elaboré en su dia para mi Ateneo, con fotos antiguas de los tranvias gaditanos, no deja de ser un encantador recorrido por nuestra ciudad en diversas épocas.....







lunes, 18 de julio de 2011

Mis articulistas preferidos: Manu Carax Marente

Fermín Salvochea. (Cádiz, 1 de marzo de 1842 - 27 de septiembre de 1907) 
Un alcalde de conciencias

Fermín Salvochea nació en el seno de una familia burguesamente acomodada de la ciudad de Cádiz. Nadie que lo conociera a lo largo de su vida lo hubiera sospechado. Descendiente de una generación de burgueses emigrantes navarros, Fermín se apellida Salvochea por una cabriola del lenguaje, por un capricho natural y lingüístico de los gaditanos. Su apellido no era ese, pero, ya se sabe, en Cádiz todo es susceptible de evolucionar.    Así empezó la historia del mejor alcalde.               

Salvochea hizo hace más de un siglo eso que gentes como Iñaki Gabilondo aconsejan ahora; defraudar pronto

Con el expreso deseo de que siguiera los pasos del comercio familiar, sus padres lo matricularon en el colegio San Felipe Neri, una escuela con una metodología y enseñanza de las más modernas de Europa.



Vano intento, la sensibilidad de Fermín comenzará en esa escuela a mezclarse con sus inquietudes políticas, que se acentuarán en Londres, donde sus padres lo envían de los 16 a los 21, para que se impregne aún más de un ambiente comercial y burgués. Allí Fermín quedará marcado por las teorías de algunos políticos liberales ingleses, como Bradlaugh, Owen o Paine, de su sensibilidad social y su idea de vida. Por eso cuando vuelve a sus padres casi que les cuesta reconocer en él a ese chaval inquieto por dentro, tranquilo por fuera, que se fue de casa en la flor de la juventud. Ahora su sentido social se transformaba en postulados vehementes, revolucionarios si se quiere, porque para él las personas están por encima de todo; del estado opresor y de la religión omnipresente y alienante.


Claro que Salvochea sigue siendo Fermín en la familia, con sus maneras atentas, su delicadeza exquisita y su sensibilidad manifiesta. Pronto sus paisanos lo conocen y lo reconocen como un auténtico y verdadero líder, que predica con su vida, pues su voz suena a verdad, sus argumentos a humanismo, en su persona se plasman los buenos valores; Salvochea hace suya la bandera de los valores, de la coherencia, la lógica, del sentido común. Una bandera que ondea delante de los jueces más hipócritas, a los que con sus ingeniosas respuestas deja en más de un juicio en evidencia. Como aquel en la cárcel de Cádiz en la que el pueblo no dejaba, con sus gritos de "Salvochea libertad" y "Salvochea te queremos", que transcurriera con normalidad.

Porque él lo merecía. Claro que aunque revolucionario, Salvochea fue un humanista excepcional, cuidándose mucho de no obcecarse en sus afrentas si entendía que iban a perjudicar más que a beneficiar a sus gentes. Supo ser  orgulloso y coherente , guerrillero y pacifista. Una razón excepcional. Por ejemplo, tras la "Gloriosa" lleva al pueblo gaditano a la lucha, pero cuando comprueba que ésta se enquista, retira las tropas para que se reencuentren con sus seres queridos.Le dió igual entregarse y saberse perdedor y condenado con esa decisión; Fermín obró según lo que pensaba y lo que sentía.  Sufrió numerosas condenas, muchas tan injustas y largas, que odió la cárcel, para él, como buen defensor de la libertad, lo peor del mundo, más incluso que la vida. El gaditano fue el único hombre capaz de poner en jaque al gobierno más de una vez.

El Cantón de Cádiz fue el máximo exponente de ello, con el pueblo gaditano rendido a sus principios y luchando por una vida alejada de toda opresión.  A partir de entonces las condenas le llevaron al ostracismo, volviéndo a su ciudad natal en una relativa calma a finales de siglo, donde seguiría con su vida dando ejemplo.


Una anécdota de estos días resume perfectamente como era Fermín Salvochea: aunque anticlerical como era, se le vió en varias ocasiones acompañando a su anciana madre a rezar a la Parroquia del Rosario. El amor por encima de todo, la sensibilidad y los valores, los principios más puros y humanos. El aún considerado mejor alcalde de la historia de Cádiz, por lo que hizo e intentó hacer por ella, murió en 1907 confundido con un mendigo por su aspecto descuidado y sus ropas harapientas.  No era hombre de lujos. Quizás por ello cayó en el olvido, de dónde solo Fernando de Puelles supo rescatarlo.


Su velatorio en el Ayuntamiento y posterior entierro, supuso la concentración más multitudinaria  que se recuerda en la historia de Cádiz, pese al temporal que azotaba la ciudad por aquellos días. Era lo menos que podían hacer por “el bigotes”; mostrarle su calor, su orgullo, su agradecimiento.  Y es que Fermín Salvochea, con sus principios hechos vida, logró ser para siempre el alcalde de Cádiz; en la eternidad queda que sólo él fue el alcalde de los valores, el alcalde del pueblo, el verdadero alcalde de conciencias.

miércoles, 13 de julio de 2011

Antonio Accame. Artesano gaditano

Dibujante y artesano nacido en Cádiz, en el Barrio de San José, el 13 de octubre de 1869, décimo hijo de D. José María Accame y Carazo de la Peña y de Dª Josefa Scassi y Reco. Desde joven demostró unas excepcionales cualidades para el dibujo, destacando en sus primeros estudios en la Academia de Bellas Artes de Cádiz, donde simultaneaba los estudios con los de Segunda Enseñanza. En aquellos años y aulas conocerá a Federico Godoy y Castro, posteriormente afamado pintor, cuya íntima amistad le convertirá en inseparables.
 
A los 16 años se marcha a Sevilla, residiendo en casa de su hermana Aurora. Cursa en la Escuela Superior de Sevilla y se especializa en dibujo artístico. Allí entra en contacto con conocidos artistas sevillanos, entre los que destaca el pintor Fernando Tirado.



Tres años después regresa nuevamente a Cádiz, donde termina su formación académica. A su envidiable expediente académico hay que unir, tanto en Sevilla como en Cádiz, una importante serie de premios, menciones y honores. En esta última etapa en la Escuela gaditana, donde cursa los estudios superiores de Artes y Oficios, Accame tiene como maestros de colorido y composición al pintor vejeriego José Morillo; de modelado y composición al escultor Juan Rosado, coautor del Tabernáculo de la Catedral Nueva de Cádiz; de dibujo del antiguo y ropaje y del natural a Ramón Rodríguez Barcaza; de perspectiva a Joaquín Damis Costa y de paisaje a José Jardines (ambos reconocidos pintores de su generación). Entre sus compañeros podemos citar a Federico Godoy, Felipe Arbázuza, Fernández Copello, Manuel Mayol, Moliné, Capilla, Igartuburo, los hermanos Puyana y otros.





La falta de audición, a causa de una sordera progresiva que le afectó en su juventud y que le privó de hacer el servicio militar, fue motivo de numerosas anécdotas, ya que conocedor del lenguaje de signos sirvió de intérprete en los Juzgados Civiles y Militares de Cádiz, supo comunicarse como nadie con su gran amigo Federico Godoy, sordomudo a causa de una enfermedad infantil e, incluso, en 1914, será propuesto a la Reina Madre Dña. Mª Cristina como profesor de uno de sus nietos, el infante Jaime, también con problemas de audición.

Con apenas 23 años se casó en primeras nupcias con Blanca Caraballo Navarrete, en la parroquia del Rosario. De esta unión nacieron dos niñas, Julia y Concepción. Viudo, volvió a casarse en 1906, en la parroquia de San Antonio, con Teresa de Campos Zúñiga, de la que también tendrá dos hijos, Teresa y Manuel.


Antonio Accame participará plenamente de la vida social y cultural gaditana. Fue Académico de la Provincial de Bellas Artes y de la Hispano Americana, miembro de la Junta del Patronato del Museo Provincial de Bellas Artes de Cádiz, del Ateneo Artístico, Científico y Literario, de la Sociedad de Escritores y Artistas, de la Comisión de Festejos del Ayuntamiento de Cádiz, jurado de los más diversos concursos y festejos, socio de la Representación del Tiro Nacional en Cádiz, miembro de los caballeros Hospitalarios de San Juan Bautista y de la Asociación de Caballeros del Rosario, socio numerario y de la Comisión Provincial de la Cruz Roja, de la Sociedad Económica Gaditana de Amigos del País, hermano de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de la Cofradía de Nuestra Madre y Señora del Carmen, de la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús del Ecce—Homo, socio del Centro del Ejército y la Armada, miembro de la Sociedad Artística Gaditana y de la Asociación Gaditana de Fomento, etc.…


Falleció en Cádiz en 1952. En los años siguientes a su fallecimiento, los coros «Los Cantores del Pueblo» (1953) y «Los Pelelines» (1954) le dedicaron un tango. En 1996, con motivo del VIII Congreso del Carnaval, fue inaugurada una exposición en el Centro Cultural “El Palillero”, con sus bocetos y dibujos originales.


Formación académica y obras 

Con 22 años, en el curso 1891-1892, Accame fue nombrado profesor ayudante de Dibujo Elemental de Figuras de la Escuela de Bellas Artes gaditana donde impartirá distintas materias y cumplimentará todas las escalas de la profesión docente, labor que realizará durante casi 50 años.


En el curso 1896-1897 Accame aparece en la plantilla de la Escuela como profesor ayudante interino de la asignatura de Modelado y Vaciado (estudios oficiales) y como profesor ayudante de Dibujo de Figura (estudios libres). También, y temporalmente, desempeñará las plazas de profesor de Dibujo de Paisaje (1901-1902) y Dibujo Artístico (1909). En mayo de 1916 Accame obtiene por oposición la plaza de profesor de entrada de la asignatura de Dibujo Artístico de la Escuela.

Posteriormente volvió a desempeñar distintos cometidos en la Escuela: se encargará de la Cátedra de Dibujo Artístico y Elementos de la Historia del Arte (1918-1919), de la de Composición Decorativa (1920), Concepto del Arte e Historia de las Artes Decorativas (1920), Anatomía Pictórica (1920-1927) y Modelado y Vaciado (1927), y auxiliar de la de Dibujo del Antiguo y del Natural. Finalmente, en noviembre de 1933, accedió a la Cátedra de Dibujo Artístico de la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Madrid. Debido a la inestabilidad política reinante en la capital de España, Accame solicita ese mismo año el traslado nuevamente a Cádiz, donde se encontraba vacante la cátedra de dicha materia, destino éste que ocupará, de forma ininterrumpida, hasta su jubilación en octubre de 1939.


Accame fue también profesor del Centro Católico de Obreros, recibiendo el nombramiento de Profesor de Dibujo de Figura en junio de 1892, de manos del gran impulsor del Centro, el obispo Calvo y Valero. Esta labor la realiza durante doce años, de forma desinteresada, formando técnica y artísticamente a multitud de obreros y artesanos, y de forma más privada, Accame prologará su labor docente en su propio estudio. También fue profesor de dibujo de las Academias más importantes preparatorias para el Ejército y la Armada.


Siendo un magnífico dibujante, desde muy joven (apenas 20 años) y como medio para ganarse la vida, Accame se dedicará con extraordinario éxito al retrato. Serán numerosos los testimonios de la época y posteriores que constatan el reconocimiento de esta actividad. Cayetano del Toro en su “Biblioteca del Artista Pinto”, publicado en 1902 ya le considera como uno de los “jóvenes artistas de grandes esperanzas”. Posiblemente más de una cincuentena de retratos a lápiz, al crayón y, en algún caso, al óleo, se encuentren repartidos por nuestra provincia y toda España, ya que se desplazaba periódicamente a Madrid. Muchos se trataban de retratos oficiales, de medio cuerpo o de cuerpo entero y tamaño natural, que realizaba de fotografías y que ocupaban despachos y salones. En otros casos nos encontramos con retratos más intimistas y delicados, amigos y conocidos, niños y mujeres. Hacia finales de los últimos años de la primera década del siglo XX abandona la práctica.


Más importante, aún si cabe, es el aspecto como diseñador, proyectista y ejecutor de los montajes y exornos con los que se celebrarán y acompañarán todo tipo de festejos y conmemoraciones. Su peculiaridad escapará a lo aparente y grotesco, usado y reiterativo para, al margen de lo temporal del motivo, seleccionar premeditadamente los modelos y materiales y, con el arte de su trabajo, dotarlos de un sentido propio y finalidad determinada. Prácticamente, Accame fue el introductor del Modernismo en el medio ambiente artístico gaditano.

Las primeras manifestaciones modernistas de tipo popular, tienen lugar en la Velada de Nuestra Señora de los Ángeles, que se celebraba en el Parque Genovés durante el mes de agosto y que, en 1906, sustituye las antiguas casetas por unas nuevas en las que se especifica serán de estilo «modernistas». En 1907, en colaboración con el pintor Federico Godoy, realizó su primer exorno público en las fiestas del Carnaval gaditano, con una gran sombrilla de 13 metros de largo, que repitió al año siguiente cambiando de color. Este motivo decorativo fue reproducido también en Gibraltar, el 22 de junio de 1911, con motivo de la coronación del rey Jorge V de Inglaterra. Después vendría una sucesión de magníficos ejemplares de esta arquitectura efímera, admiradísima por todos, que no solo aplicó al Carnaval y a la Velada, sino a otras fiestas y celebraciones: Corpus Christi, Centenario de las Cortes de Cádiz (1912), ferias de San Fernando y Chiclana, Fiestas del Carmen (San Fernando), fin de la Guerra de Marruecos, advenimiento y aniversarios de la República, advenimiento y aniversarios de la Victoria y Movimiento Nacional, consagración de la provincia de Cádiz al Sagrado Corazón de Jesús (Catedral de Cádiz, 1942), Justas Literarias (Gran Teatro Falla, 1942-1945), verbenas populares, fiestas de sociedad, Veladas de Todos los Santos, Mercado de la Libertad y entorno, etc.…


Fue causa también de una gran admiración y asombro la decoración y la ambientación que Accame consiguió en el Gran Teatro con motivo de los bailes del Círculo Mercantil e Industria, así como las carrozas que hizo para el Carnaval gaditano.


Retratos

-Dos retratos de Isaac Peral, uno para la viuda del inventor y otro para la familia del acaudalado financiador del proyecto (1889).
-Retratos de S. M. Alfonso XIII y la Princesa de Asturias, para el crucero «Princesa de Asturias».
-Retrato del General de la Armada Marassi.
-Retrato del General Llanos.
-Retrato del Almirante Cervera.
-Retrato del General Salcedo.
-Retrato del General Yolif.
-Retratos de los Marqueses de Angulo, y dos de sus hijos.
-Retrato de la Marquesa viuda de Casa de Recaño.
-Retrato de la Marquesa de Fiel (representada como una Virgen con Niño).
-Retrato del Marqués de Comillas.
-Retrato del Conde de Satrústegui.
-Retrato del Obispo Calvo y Valero, para Cádiz.
-Retrato del Obispo Pinar del Río, para Cuba y al óleo.
-Retrato de D. Juan J. Pemán.
-Retratos de D. Agustín y D. Rafael de la Viesca, dos, padre e hijo.
-Retrato de D. Cayetano del Toro (dos).
-Retrato del Dr. Anduaga.
-Retrato de D. Emilio Castelar.


Obra efímera

-Exposición Regional de Plantas y Flores (Parque Genovés, 1906)
-La Sombrilla Rosa (1907).
-La Sombrilla Lila (1908).
-La Maceta de Lirios (1909).
-El Flamenco (1910).
-La Caseta Japonesa (1911 y 1912).
-Centenario de las Cortes de Cádiz (1912).
-Candelabro Monumental (1920).
-El Pavo Real (1927).
-Gran Farol (1928).
-El Jarrón Árabe (1929).
-Templete bajo cúpula trasparente, imitando cristal (1930).
-Recuperación del Gran Farol de 1928, restaurando y modificando las pantallas de las esquinas (1931).
-El Centro de Mesa (1933).
-Gran Fuente Luminosa (1934).
-Caseta “al estilo antiguo de la Velada de los Ángeles” (1935).
-El Elefante Hindú, recuperando un gran elefante que había salido en una carroza en 1929 (1936).
-Consagración al Sagrado Corazón de Jesús (1942).
-Exorno para las Justas Literarias del Gran Teatro Falla (1942-1945).



Cabe destacar que diseñó, entre otros, el antiguo paso de Ntro. Padre Jesús del Ecce Homo, y la bombilla que preside la esquina de Novena y Barrié fué diseñada por Antonio Accame para presidir una carroza carnavalesca de los servicios eléctricos del año 1933 cosa que muchos gaditanos y gaditanas desconocen.


Cádiz le dedicó una calle en el barrio que lo vió nacer en 1869: San José.



viernes, 8 de julio de 2011

Algo de mitología gaditana

Cuenta la leyenda que a Hércules, emblema de la fuerza valerosa y uno de los héroes mitológicos más célebres, le fueron confiados doce trabajos como expiación por haber asesinado a sus hijos en un ataque de locura.

Todas las tareas tenían el mismo asunto: matar, conquistar o buscar una planta o animal mágico para cedérselo luego  a su primo y rival más severo, Euristeo.

Esos trabajos eran los siguientes:

-Limpiar los establos de Augías en un día.
-Capturar en los infiernos al Can Cerbero.
-Matar al león de Nemea y tomar su piel.
-Matar a la hidra de Lerna.
-Capturar a la cierva de Cerinia.
-Capturar al jabalí de Erimanto.
-Matar a los pájaros del Estínfalo.
-Capturar al toro de Creta.
-Robar las yeguas de Diómedes.
-Robar el cinturón de Hipólita.
-Robar las manzanas del jardín de las Hespérides.
-Robar el ganado de Gerión.



Gerión era un monstruo alado formidable, que tenía tres cabezas, seis brazos y tres cuerpos unidos por la cintura. Vivía en Erytheia, una pequeña isla al sur de Iberia que se extendía por la zona de Gades.  Antiguamente, esa zona era un archipiélago formado por las islas Erytheia, Kotinoussa y Antípolis, cuya geografía difiere de la actual: Antípolis  es la actual San Fernando, llena de árboles y casi sin habitar.

El actual casco urbano de Cádiz antes eran dos islas: al norte, la pequeña Erytheia, donde vivía Gerión, y al sur Kotinoussa, que se extendía  hasta lo que es Sancti Petri. Aún se puede ver una parte de la orografía antigua.

Si nos ubicamos en la playa de La Caleta en bajamar se aprecia perfectamente que el arrecife del fondo marino está partido por un canal limpio, una garganta de arena.


En la lucha, Gerión era invencible, porque con sus seis brazos empuñaba tres espadas y tres dagas simultáneamente, además, desde el aire, utilizaba un arco con uno de sus cuerpos mientras sujetaba una lanza con otro.

Sus tres cabezas le hacían además dueño de una gran inteligencia. Su ganado estaba formado por bueyes vigilados por el pastor Euritión y por un perro guardián de dos cabezas llamado Ortros, hermano del mítico Cerbero.

En su cometido, Hércules viajó por Europa matando a muchas bestias atroces a su paso. Cuando llegó a Tartessos, en los límites de Iberia, creyó haber llegado a los confines  del mundo y separó las montañas Calpe (Peñón de Gibraltar) y Abila (Monte Hacho), en las cimas levantó dos columnas (las Columnas de Hércules) destinadas a revelar a las futuras generaciones hasta dónde había llevado sus hazañas, además  grabó en ellas la famosa inscripción "Non plus ultra".


Posteriormente Hércules arribó a Erytheia para cumplir con su misión;  mató a Ortros, después al pastor Euritión y se hizo con  los bueyes. Luego se enfrentó a Gerión en una lucha que hizo estremecer la tierra. Según la leyenda, Gerión  arrancó de cuajo un olivo para usarlo como arma contra Hércules.

El árbol se despedazó al precipitarse contra la coraza de bronce de Hércules, que contraatacó de la misma forma. Las vigorosas manos del gigante se unieron para detener el golpe y de esta forma desarmó a Hércules, que huyó rápidamente a protegerse a un bosque.

Luego, Gerión sobrevoló la zona buscándolo. Hércules se benefició entonces de esta situación para lanzar una de sus flechas envenenadas, que alcanzó al gigante traspasándole los tres corazones. Cayó al suelo y de la sangre que se originó de su herida nació un árbol mágico, que pudo ser uno de los que aún existen en Cádiz…… el antiguo drago  que se conservaba en el jardín de la Facultad de Medicina de Cádiz, cuya savia, en contacto con el aire, se vuelve roja.


El espécimen fue donado a Pedro Virgili, cirujano y fundador del jardín botánico, en el siglo XVIII. Este árbol, ya enfermo, fue abatido en una tormenta y suplido en 1996 por el actual.

Otros dicen que el árbol nacido de la sangre de Gerión es el ficus que hay frente a la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, antes Hospital de Mora. Los árboles del Mora, que no uno- son impresionantes pero sólo centenarios: los plantaron cuando se construyó el edificio, antes de 1903, con las semillas que trajeron dos misioneras.

Otro árbol que puede ser es el drago que está en el patio de la Escuela de Artes y Oficios, en el Callejón del Tinte, al que se le calculan unos 300 años.


Cádiz es una tierra antigua, repleta de mitos y leyendas, punto de encuentro de diferentes culturas y civilizaciones que, a través de los siglos, han dejado huella en la historia de la humanidad. 




miércoles, 6 de julio de 2011

Iglesia conventual de San Francisco

Probablemente sea una de las edificaciones mas importantes de la arquitectura barroca gaditana del siglo XVIII, se fundó en 1566 y se reedificó en hacia el 1740 por el arquitecto italiano Francesco Badaracco, que conservó parte de sus primitivos origenes tales como la capilla abovedada de la puerta lateral y la cúpula de la Virgen de la Paz.     El convento ofrece un magnífico claustro con arcos sobre columnas toscanas.    En el mismo destacaba también la imagen de un crucificado atribuido a Jacinto Pimentel (siglo XVIII) que actualmente está en el Coro de la iglesia.


La iglesia es de planta rectangular con una sola nave a la que se abren distintas capillas.   Bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones.    Las bóvedas tienen decoración barroca de yeserías de lazos, rocalla de madera en cúpulas y en tribunas con una policromia dorada que hoy sólo existe en la parte del presbiterio aunque en su origen se extendía por toda la cubierta.


El retablo mayor es de Gonzalo Pomar (1763), y es una de las mejores muestras del rococó gaditano.   Consta de tres cuerpos de altura y tres calles separadas por columnas corintias y una abigarrada decoración de rocallas con hornacina principal a una imagen de la Virgen de la Asunción sobre la que se sitúa otra de la Virgen de los Remedios, titular de la iglesia, los ángeles lampareros del presbiterio están atribuidos a Pedro Roldán.

Hay que destacar la capilla sacramental, a la izquierda del retablo mayor, con altar barroco, la capilla del Stmo. Cristo de la Veracruz (siglo XVIII) con bóveda de cañón y retablo rococó, así como otras capillas  como la de la nación francesa, con retablo barroco del XVII de Damián Machado y grupo escultórico de Pedro Roldán.






Exteriormente destaca la fachada lateral con el perfil del cimborrio con hornacina e imagen de San Antonio.

Fachadas con ventanas de vidrieras acordes al estilo  y la torre campanario que está al lado de la puerta del convento por tanto,  separada de la de la iglesia.


Todo el conjunto arquitectónico da nombre a una plaza, anteriormente llamada de Loreto por haber existido en dicho lugar una capilla dedicada a dicha advocación y que fué incautada y posteriormente demolida por el Ayuntamiento de la ciudad en 1875.   Esta plaza acoge uno de los conjuntos de casas más uniformes y recoletos de la ciudad, entre los que destaca el añejo y en pleno funcionamiento Hotel de Francia y Paris, o el no menos antiguo Café Parisien, con una magnifica decoración modernista, todo ello coronado por esplendidas torres miradores en lo más alto de los edificios.

lunes, 4 de julio de 2011

Manifiesto contra el asedio napoleónico en Cádiz.

Carta de José Bonaparte a la ciudad de Cádiz, respuesta de ésta y manifiesto de la Junta Superior de Gobierno a los ciudadanos en general.




En fecha de 7 de febrero de 1.810 José Bonaparte, rebautizado en esta tierra jocosamente por "Pepe Botella", dirige una carta a la ciudad de Cádiz a través de sus tropas  asentadas en El Puerto de Santa María y en El Trocadero, recibida dicha misiva, la Junta de Gobierno de Cádiz emite este aviso a la ciudad. 







AVISO AL PÚBLICO

La Junta superior de Gobierno de esta ciudad ha recibido anoche a las siete un buque parlamentario del enemigo, que conducía un pliego del tenor siguiente:


Excelentísimos señores: El Rey, nuestro señor José Napoleón, habiendo destruido en Ocaña el ejército que creyó apoderarse de Madrid, ha forzado el paso de Sierra Morena, y ocupado en muy pocos días los reinos de Córdoba, Jaén, Granada y Sevilla, que con aclamaciones de júbilo le han jurado por su Rey, tan rápidas operaciones sólo pueden ser obra de la sabiduría, del talento militar y de una fuerza que no conoce resistencia.

S.M se halla en los bordes de la bahía de Cádiz, y animado de los nobles sentimientos que forman su carácter, se complace en olvidar todo agravio, porque no lo recibe de quien no lo conoce: Sólo desea la felicidad de sus pueblos y poner fin a una guerra, que no puede conducir sino a la devastación de esta comarca, y destrucción de la más ilustre de sus ciudades.

Con este objeto se ha dignado S.M. comisionarnos para que asegurando al Gobierno y habitantes de la ciudad de Cádiz de los piadosos sentimientos que manifiesta la adjunta proclama, pueden diputar los sujetos que merezcan su confianza a tratar y convenir con nosotros en los medios de la más interesante conciliación y seguridad de la Escuadra y el Arsenal que sólo pertenecen a la Nación.

Conduce este papel un buque parlamentario, a quien debemos esperar se le trate como mandan las leyes de guerra.

Dios guarde la vida de Vuecencias muchos años.

El Puerto de Santa María 7 de febrero de 1.810.

S.M El Rey José Bonaparte


La Junta superior llena del honor y patriotismo que le caracteriza, y penetrada de los justos sentimientos del pueblo a quien representa, devolviendo sin leer varias proclamas impresas que lo acompañaban, resolvió unánime contestar en los términos que siguen:

La ciudad de Cádiz, fiel a los principios que ha jurado, no reconoce a otro Rey que el señor Fernando VII.

Cádiz, 7 de febrero de 1.810

Firman:

Francisco Javier Benegas, Domingo Muñoz, Miguel Lobo, Tomás de Istúriz, José Mollá, Francisco Bustamante,Fernando Jiménez de Alba, Pedro Antonio Aguirre, Luis Gargollo, Manuel Micheo, José Ruiz y Román, Francisco Escudero, José Serrano Sánchez, Salvador Garzón, Antonio de Arriaga, Miguel Zumalave, Antonio de la Cruz, Angel Martín de Iribarren, José Lazcano.


Ahora bien; habitantes de Cádiz: Ya sabe el enemigo cual es nuestra voluntad: La religión, el trono, y el don apreciable de la libertad son unos estímulos poderosos para sostenerla con valor enmedio de los horrores de la guerra, que se nos acerca.

Preparemonos pues a ella con serenidad, como a resistir con firmeza así a las lisonjas del enemigo, como a las insidias de sus emisarios. Nada os arredre. Si procurais con empeño mantener la tranquilidad interior y castigar a los facciosos que pretendan turbarla, ciertamente nuestras murallas serán el sepulcro del enemigo.

La Junta así lo espera, tomará las medidas eficaces para afianzar la seguridad pública, del mismo modo que la toma para hacer la guerra con el honor que es propio de una nación libre y generosa.

Cádiz 7 de Febrero de 1.810

Por acuerdo de la Junta Superior de Gobierno.

Manuel María de Arce
Secretario

domingo, 3 de julio de 2011

Apuntes históricos gaditanos

¿Donde se encontraba el "Teatro Principal" en Cádiz?

El Teatro Principal de Cádiz estaba situado en la calle Novena, en el mismo lugar que hoy ocupa el Centro Cultural El Palillero, y hasta hace pocos años el Cine Municipal.

En dicho lugar ya existió un corral de comedias, levantado por Gaspar Toquero en 1610. Cinco años más tarde, dicho corral fué comprado por el Ayuntamiento. Tras dos años de gestión municipal, el edificio volvió a manos de Toquero hasta que en 1621 fué cedido al Hospital de San Juan de Dios.

El Teatro Principal fué construido por el arquitecto Torcuato Cayón, comenzando las obras a mediados del siglo XVIII y finalizado en noviembre de 1781.



Fué una obra muy costosa, ya que se usaron en su construcción maderas nobles traídas expresamente de América.

Cuando se procedió a su derribo en agosto de 1930, causó admiración la solidez de su construcción. El teatro tenía forma de herradura, con cuatro pisos de palcos, y un amplio patio de butacas.

Tuvo mucha fama, por su colorido y composición, el telón de boca, pintado por el artista jerezano Juan Rodriguez Jiménez y que representaba a Apolo y las musas.

En 1929 el Ayuntamiento presidido por Ramón de Carranza compró el Teatro Principal para proceder a su derribo. El proyecto para la construcción del Cine Municipal fué realizado en 1930 por los arquitectos Antonio Sánchez, Rafael Hidalgo, Manuel Fernandez y Alcalá del Olmo.



¿Cuales son los antecedentes del Carnaval de Cádiz?

Aunque posiblemente hubiera celebraciones carnavalescas posteriores, las referencias documentales que conocemos nos conducen a creer que los precedentes del Carnaval gaditano se remontan a la segunda mitad del siglo XV, época de la llegada de los comerciantes ligures que se desplazaron hacia Occidente tras la caída de Constantinopla en manos de los turcos.

Consecuencia de ello, en la Bahía de Cádiz se fue formando una importante colonia de genoveses, principalmente, que junto a la actividad económica, trajeron sus tradiciones y costumbres. La fiesta debió cobrar fuerza en el siglo XVI, y a finales de dicho siglo encontramos testimonios concretos alusivos, siquiera indirectamente, a la fiesta de Carnestolendas; y, en la primera mitad del siglo XVII, podemos leer documentos que muestran un fuerte arraigo del Carnaval gaditano, tanto, que obligaba a la iglesia a "dispensar" a sus feligreses en los días de Carnaval, o a suspender los trabajos de reparación de los barcos en las atarazanas de Cádiz.

De estos documentos se puede concluir que el dominio de don Carnal -pese a las prohibiciones que se multiplicaron desde comienzos del siglo XVI- era abosulto en Cádiz durante su reinado temporal, cada año, en los tres días previos al Miércoles de Ceniza. Ya en el siglo XVIII las referencias documentales son relativamente frecuentes, ya sea en forma de bandos tratando de prohibir las fiestas, ya en los cuentos del Ayuntamiento gaditano que recibía buenos dividendos por la cesión del Teatro Principal para los bailes de máscaras.

También en los primeros periódicos gaditanos encontramos referencias al Carnaval, como ocurre con "Gaceta de Cádiz", que en febrero de 1763 daba noticia de los preparativos de las fiestas. Pese a reiterados intentos de supresión, el Carnaval terminó triunfando -ni tan siquiera durante el asedio del ejército de Napoleón se llegaron a suspender las fiestas de Carnaval en Cádiz- y en la segunda mitad del siglo XIX el Ayuntamiento acabó asumiendo la fiesta como propia de la ciudad, incluyéndola en su programa festivo y en sus presupuestos.