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Cádiz, Andalucía, Spain
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jueves, 23 de junio de 2016

La Asociación gaditana de caridad



La Asociación gaditana de caridad era una de las principales casas privadas de beneficencia que había en la ciudad a finales del siglo XIX y principios del XX. Estaba situada en el número 1 de la calle San Nicolás, a muy pocos metros de la iglesia de La Palma en el corazón del barrio de La Viña, a día de hoy, aún se conserva encima del dintel de la puerta, un enmarcado de mampostería donde estaba el rótulo de la asociación. 
 
 
Gozaba de una perfecta organización y la ciudad se beneficiaba de una u otra forma de la actividad que realizaba, la junta directiva más notoria fue la formada por don Juan Antonio Gómez de Aramburu y don Diego Izpisúa, presidente y vice presidente respectivamente.
 
Tenía una planta baja en la que se encontraban la oficina, cuatro comedores (uno destinado exclusivamente a niños y otro más pequeño a ciegos),cocina y despensa; se servían diariamente alrededor de 900 almuerzos y cenas, sus comedores generales eran bastante amplios donde, en dos enormes mesas, entraban 400 personas en cada uno de los dos turnos que tenía.


La cocina, de estilo francés, estaba situada en el centro de una amplia y ventilada estancia, con conexiones de agua directa por tubería a las calderas fijas en los fogones que eran alimentados por carbón, por lo que también existía una carbonería anexa al edificio.

Tenía gran fama su pulcritud y orden en platos, menaje, mantelería, etc., incluso tenía un dispositivo para guardar el pan en cuatro grandes cajones con cierre automático.  Los comestibles eran almacenados y clasificados en la despensa del centro, colocando cada uno dependiendo de su consumo o caducidad, también disponía de cinco grandes aljibes.

Los dos pisos superiores del edificio servían de albergue para unas 70 personas, de diseño de casa de vecinos gaditana, tenía habitaciones que salían a un corredor que rodeaba el patio.  

En la primera planta se situaba las dependencias del conserje y vigilantes, también estaban una serie de habitaciones para reuniones segregadas por sexo, así como pequeñas aulas. 

El segundo piso servía como dormitorios individuales, donde la Asociación facilitaba la cama, colchón, sábanas, bujía de luz, prendas de vestir dos veces al año y cuatrocientos gramos de jabón cada quince días, dando la oportunidad a cada asilado a tener sus objetos personales.  También había asistencia médica a cargo del facultativo don Antonio de la Torre.

Por otro lado, la asociación disponía de barbería y lavandería, así como de limpieza personal y específica ocasional completamente gratuitos, los inodoros estaban en un apartado donde había que llegar atravesando un jardín. El horario de cierre de la casa era a las once de la noche así como a las horas fijadas para cada comida.

Para controlar el número de personas que usaban el comedor, había unos casilleros con fichas asignados a cada beneficiario, también había un servicio para entregar comidas en los domicilios necesitados.   El gasto total diario de los servicios oscilaba de ocho a diez pesetas.

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